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12.4.12
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26.3.12
13.3.12
Calamar Cósmico.
Comprendo que su realidad no sea lo que usted esperaba después de bajar del tren de sus deseos, pero por favor entienda que no soy más que un humilde cefalópodo en busca de libertad. Talvez mis palabras no signifiquen mucho para usted, pero de cualquier modo estoy dispuesto a ayudarle. Aunque talvez primero deba cuestionarse a si mismo y su desempeño como ser vivo y responsabilidad aparentemente nula dentro de este ciclo de infinitas vueltas. Pero lo más importante, a mi parecer, es cuestionar su sanidad mental. No me queda más que recordarle que usted está hablando con un calamar, un calamar que acorde con su historia, cayó del espacio. ¿ Cree usted que esto sea normal ?
Criaturas de Fuego.
En otra gris mañana de mi monotona existencia, caminaba sin
dudar de mis pasos como cualquier otro dia, un pie después del otro. Hasta que
una pequeña y desorientada creatura del averno atentó contra mi integridad
fisica, mental y espiritual. Una niña montada en una bicicleta que ante mi
imaginación se presentaba como un endemoniado corcel envuelto en llamas, se
acerco a una velocidad impensada para una bestia mecánica que se miraba tan
fragil como su jinete. Mi única reacción posible fue agacharme y cerrar los
ojos, no entiendo porque, ya que mi cuerpo seguia estorbando el rumbo de la
bestia de fuego que se enfilaba a aplastarme. Cuando crei que todo estaba
perdido, abri los ojos para observar como la criatura pasaba como un pegaso
sobre mi cabeza, un salto digno de una historia mitológica. La pequeña se
detuvo un instante después de haber hecho cada fibra de mi ser temblar en una
silente agonía. Me incorporé lentamente observando a la niña como un gato
asustado observa a un perro al acecho. Ella me miro fijamente por un par de
segundos y sonrío con una mueca que denotaba muchos más años y astucia que su
diminuta silueta. La pequeña se dio la vuelta con esa perversa sonrisa grabada
en su rostro y en mi mente, mientras mi corazón retumbaba como un tambor
africano. Mi mirada siguió por un instante más a la niña solo para ver como su
sombra se reía de mi intranquilidad. La niña finalmente se fue y desapareció en
el horizonte, desafortunadamente, creo que mi alma también.
Melvin y Larry.
La cochera se veia más desolada cada dia y las cajas y
herramientas continuaban desapareciendo. Los basureros yacían tirados en el
suelo como cada noche del ultimo més aunque nadie estaba seguro de quien podría
ser el perpetrador de esta mala broma. Pero la intuición del pequeño Melvin era
muy aguda y pronto comenzó a resolver el enigma. Rastros de pelo y pequeñas
huellas comenzaron a ser notadas por este joven detective a las afueras de la
cochera y a la entrada de su casa. Su padre no parecia dar importancia a estos
extraños hechos y continuaba con su tradicional rutina frente al televisor;
beber cerveza mientras inflaba y desinflaba su prominente vientre que cada dia
se asemejaba más a la luna llena. Melvin decidió hacer su movimiento de una vez por todas y se
escabullo de la vista de su padre, dirigiéndose al único lugar donde sabia que
podría encontrar al objeto de sus sospechas. Larry El Mapache.
El basurero era grande y Melvin sabía que no sería sencillo encontrar al famoso animal en este putrido lugar. Pero era su única opción y el niñocontinuo con su misión. Después de un par de horas de exhaustiva búsqueda, Melvin se dio por vencido y decidió volver a su casa resignado, cuando súbitamente una rapida sombra paso detrás de el y le susurro al oído - “Yo conozco al verdadero ladrón Melvin”. Melvin sintió un fugaz escalofrío y volteo rapidamente para encontrarse con un enorme mapache posado sobre una montaña de basura. - ” ¿ Porqué sabes mi nombre ? pregunto Melvin sorprendido. El mapache lo observo fijamente y rapidamente corrió hacia la salida del basurero. El niño se acomodo los pantalones y corrió velozmente detrás del escurridizo animal.
Jadeando intensamente, Melvin por fin se detuvo y observo al animal parado frente a su cochera. El niño se acerco lentamente y dijo - ” No juegues más conmigo estúpido animal, se muy bien que tu eres el ladrón. ” La cabeza del pequeño mamífero se movió repetidamente haciéndole notar a Melvin que estaba equivocado. El mapache se acerco a los pies del niño y planteó - “Mira pequeño, no quiero asustarte pero puede que la verdad sea algo perturbante para ti. La realidad es que yo jamas he robado nada de tu hogar, de hecho yo nunca he visitado tu hogar, me temo que estás solo con tus delirios. Melvin apretó los puños y la boca demostrando su frustración y se lanzo sobre el mapache, en un rapido movimiento el animal esquivó su ataque y corrió hacia la cochera, el niño cayó de bruces sobre un charco de lodo y maldijo su suerte e ntentó limpiar su rostro pero sus sucias manos solo lo ensuciaron más.
Melvin corrió hacia la cochera y el mapache se posó frente a un espejo que yacía solitario al fondo del lugar y esperó a que el niño se acercara. Cuando Melvin creía tener al animal acorralado, corrió hacia el y lanzó sus brazos al frente en un fallido abrazo. El mapache dio un pequeño salto hacia atras y desapareció dentro del espejo. El pequeño Melvin estaba en shock por lo que acababa de suceder y se quedó congelado frente al espejo. El animal se había desvanecido y Melvin se quedó solo con su reflejo. Incredulo, el niño miró su propio rostro lleno de aceite y se percató de que su rostro cubierto de lodo asemejaba un antifaz, justo igual al del peludo ladrón. Melvin subió resignado a su cuarto tan solo para encontrarse con una extraña verdad. Todas las cajas y objetos desaparecidos de la cochera se encontraban apilados frente a su cama y ahi una nota escrita con su propia letra que decía: “Gracias niño, sin tu imaginación yo jamas habría existido. Con amor, Larry El Mapache.”
El basurero era grande y Melvin sabía que no sería sencillo encontrar al famoso animal en este putrido lugar. Pero era su única opción y el niñocontinuo con su misión. Después de un par de horas de exhaustiva búsqueda, Melvin se dio por vencido y decidió volver a su casa resignado, cuando súbitamente una rapida sombra paso detrás de el y le susurro al oído - “Yo conozco al verdadero ladrón Melvin”. Melvin sintió un fugaz escalofrío y volteo rapidamente para encontrarse con un enorme mapache posado sobre una montaña de basura. - ” ¿ Porqué sabes mi nombre ? pregunto Melvin sorprendido. El mapache lo observo fijamente y rapidamente corrió hacia la salida del basurero. El niño se acomodo los pantalones y corrió velozmente detrás del escurridizo animal.
Jadeando intensamente, Melvin por fin se detuvo y observo al animal parado frente a su cochera. El niño se acerco lentamente y dijo - ” No juegues más conmigo estúpido animal, se muy bien que tu eres el ladrón. ” La cabeza del pequeño mamífero se movió repetidamente haciéndole notar a Melvin que estaba equivocado. El mapache se acerco a los pies del niño y planteó - “Mira pequeño, no quiero asustarte pero puede que la verdad sea algo perturbante para ti. La realidad es que yo jamas he robado nada de tu hogar, de hecho yo nunca he visitado tu hogar, me temo que estás solo con tus delirios. Melvin apretó los puños y la boca demostrando su frustración y se lanzo sobre el mapache, en un rapido movimiento el animal esquivó su ataque y corrió hacia la cochera, el niño cayó de bruces sobre un charco de lodo y maldijo su suerte e ntentó limpiar su rostro pero sus sucias manos solo lo ensuciaron más.
Melvin corrió hacia la cochera y el mapache se posó frente a un espejo que yacía solitario al fondo del lugar y esperó a que el niño se acercara. Cuando Melvin creía tener al animal acorralado, corrió hacia el y lanzó sus brazos al frente en un fallido abrazo. El mapache dio un pequeño salto hacia atras y desapareció dentro del espejo. El pequeño Melvin estaba en shock por lo que acababa de suceder y se quedó congelado frente al espejo. El animal se había desvanecido y Melvin se quedó solo con su reflejo. Incredulo, el niño miró su propio rostro lleno de aceite y se percató de que su rostro cubierto de lodo asemejaba un antifaz, justo igual al del peludo ladrón. Melvin subió resignado a su cuarto tan solo para encontrarse con una extraña verdad. Todas las cajas y objetos desaparecidos de la cochera se encontraban apilados frente a su cama y ahi una nota escrita con su propia letra que decía: “Gracias niño, sin tu imaginación yo jamas habría existido. Con amor, Larry El Mapache.”
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